En primer lugar, dar la enhorabuena al Real Servelete de Carfesán por su merecida y muy buscada victoria, por 3-0 en la final de la Copa M40.
A partir de aquí, tanto el entrenador Cezar Bölöni como el propio presidente Betisman asumen el imperdonable error de posicionar al delantero Tuomo Wiik como defensa en vez de como delantero, cambiando la alineación de un 4-3-3 a un 4-4-2, perdiendo el partido y el entrenamiento del finlandés, que quería venderse la semana que viene. Por ello, ambos ponen su cargo a disposición de la junta.
En las próximas horas conoceremos más noticias y consecuencias provenientes de este anuncio.
El presidente comentó que "ha sido un error que no tiene disculpa. Pido perdón a la afición, no sólo por la pérdida del entrenamiento del finés, sino también por la pérdida de un título en una final en la que éramos claramente favoritos. Por nuestros socios y simpatizantes, si he de dejar de manejar el futuro de este club, lo dejaré. Haré lo necesario para depurar responsabilidades en pos de lo mejor para el Real Betisman Balompié.". A continuación, se metió en su despacho cabizbajo y cariacontecido.
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